Nuestro compañero Alan Sunderland, quien se encuentra en España, les envía un artículo sobre Rafa Márquez, defensa mexicano del Barcelona
------ Navegando por el Atlántico ------
Mès que un “Márquez” en Barcelona
Ésta es una de esas noches de ensueño. Una noche dónde la ilusión vuelve a aparecer. De aquellas en donde se te enchina la piel. De esas dónde te sientes parte de la batalla. De las pocas que no vas a olvidar. Una noche dónde el gol se coreo hasta México y la esperanza de un panorama desalentador volverá a brotar.
Era el minuto 72 cuando una falta a Iniesta en los linderos del área brindaría la mayor alegría de la noche al Camp Nou. Que digo sólo al Camp Nou, también a México y seguro a los “miles” de supuestos periodistas existentes en los medios mexicanos que, sin dudarlo, mañana sacarán una nota de esperanza y se retractarán en sus comentarios sobre el próximo juego de la selección. Y todo eso, gracias a un minuto de gloria, a un minuto de inspiración, a un minuto dónde Rafael Márquez se vistió de héroe y demostró que en Europa sigue estando en un gran nivel.
Ya me imagino los desplegados de mañana. Honrando al capitán de la verde, buscando un pretexto para decir que México sí podrá en Columbus. Tratando de olvidar lo que decían hace unos cuantos días. Y diciendo, que si Márquez sigue así y le contagia su estado de ánimo a los demás seleccionados, el partido hasta lo podremos ganar.
Ironías que sólo pasan en México.
Bendito minuto 73, el que nos volvió a dar la esperanza, el que nos volvió a llenar de color, el que nos regresó la ilusión, ese que mantendrá hasta la última velita prendida antes del último minuto del partido contra los Estados Unidos. Ese que hará en Columbus, que México vuelva a ser local. Que la afición vuelva a gastar en tiempos de crisis por ver a su selección ganar.
Gracias Márquez, porque cumpliste tu misión (Y por salvar la cabeza, por un instante, de los federativos nacionales). Gracias Rafa, por ese gran gol (el que llena de esperanzas a toda la afición). No se que decir capitán, pero siempre sacas a flote el barco de nuestra selección.
Regresa a contagiarles a tus compañeros todo lo que has aprendido. Enséñales lo que es la enjundia, el carácter, pero sobre todo lo que es poner el corazón y el amor por la camiseta.
Enséñales a ser humildes en el terreno de juego, a que el nombre no impone, sino que se busca, forja y demuestra a través del sudor y el coraje. Escoge 11 guerreros o más que junto contigo y 111 millones de gargantas quieren ver de nuevo a México ser el gigante de la CONCACAF.
Piensa tu táctica del terreno de juego, planea tu estrategia de motivación, medita sobre las palabras que dirás antes de empezar el partido, analiza lo que nos hace falta y en lo que no podemos fallar. Que tiempo tendrás, mientras cruzas el Atlántico en un largo vuelo de 12 horas, antes de aterrizar.
Era el minuto 72 cuando una falta a Iniesta en los linderos del área brindaría la mayor alegría de la noche al Camp Nou. Que digo sólo al Camp Nou, también a México y seguro a los “miles” de supuestos periodistas existentes en los medios mexicanos que, sin dudarlo, mañana sacarán una nota de esperanza y se retractarán en sus comentarios sobre el próximo juego de la selección. Y todo eso, gracias a un minuto de gloria, a un minuto de inspiración, a un minuto dónde Rafael Márquez se vistió de héroe y demostró que en Europa sigue estando en un gran nivel.
Ya me imagino los desplegados de mañana. Honrando al capitán de la verde, buscando un pretexto para decir que México sí podrá en Columbus. Tratando de olvidar lo que decían hace unos cuantos días. Y diciendo, que si Márquez sigue así y le contagia su estado de ánimo a los demás seleccionados, el partido hasta lo podremos ganar.
Ironías que sólo pasan en México.
Bendito minuto 73, el que nos volvió a dar la esperanza, el que nos volvió a llenar de color, el que nos regresó la ilusión, ese que mantendrá hasta la última velita prendida antes del último minuto del partido contra los Estados Unidos. Ese que hará en Columbus, que México vuelva a ser local. Que la afición vuelva a gastar en tiempos de crisis por ver a su selección ganar.
Gracias Márquez, porque cumpliste tu misión (Y por salvar la cabeza, por un instante, de los federativos nacionales). Gracias Rafa, por ese gran gol (el que llena de esperanzas a toda la afición). No se que decir capitán, pero siempre sacas a flote el barco de nuestra selección.
Regresa a contagiarles a tus compañeros todo lo que has aprendido. Enséñales lo que es la enjundia, el carácter, pero sobre todo lo que es poner el corazón y el amor por la camiseta.
Enséñales a ser humildes en el terreno de juego, a que el nombre no impone, sino que se busca, forja y demuestra a través del sudor y el coraje. Escoge 11 guerreros o más que junto contigo y 111 millones de gargantas quieren ver de nuevo a México ser el gigante de la CONCACAF.
Piensa tu táctica del terreno de juego, planea tu estrategia de motivación, medita sobre las palabras que dirás antes de empezar el partido, analiza lo que nos hace falta y en lo que no podemos fallar. Que tiempo tendrás, mientras cruzas el Atlántico en un largo vuelo de 12 horas, antes de aterrizar.
Alan Sunderland
0 comentarios:
Publicar un comentario