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La batalla de Puebla bien pudo haber pasado vía Twitter...

Muchas historias se escriben sobre aquel 5 de mayo de 1862, un día en el que las armas nacionales se cubrieron de gloria frente al rival francés. ¡El más grande ejército del mundo derrotado por mexicanos! Sin embargo, y siento si rompo una que otra ilusión, ¡la victoria no fue simbólica! Así es, no lo fue ya que si somos un poco minuciosos con el evento, uno de los beneficios de la victoria es que en efecto, retrasó un año la intervención francesa en nuestro país; más no la evitó.

Hoy vivimos en un mundo lleno de tecnologías, un mundo que por ejemplo, vivió en vivo y en directo la 'tragedia mexicana' con motivo de la alerta epidemiológica sobre influenza humana. Hace no muchos años, inclusive los eventos bélicos parecían transmitirse cual serie de televisión en los diversos noticiarios del mundo. ¿Pero y en esa época? ¿Cómo se enteraba la gente de la ciudad de México del evento que sacudió a nuestra nación en un sitio como Puebla?

Podría decirse que la transmisión de la batalla fue prácticamente en vivo. Así es, la línea telegráfica entre Puebla y México había sido recién inaugurada, lo que hacía que la información fluyera de manera constante para los habitantes del hoy Distrito Federal. De hecho, muchos de estos habitantes se colocaron en torno de la que era oficina de telégrafos en espera de buenas noticias. Y es que no era poca cosa, ¡México se estaba jugando su futuro en Puebla! ¡La independencia, el sueño de Morelos e Hidalgo, sufría el riesgo de ser mancillada por armas francesas!

Fue muy temprano entonces, un 5 de mayo de 1862, que el hoy casi inmaculado Ignacio Zaragoza (sí, aquél que aparece en nuestros billetes de quinientos pesos; sí, ese pobre que murió de tifoidea) anunciaba vía telégrafo lo siguiente: “En este momento que son las nueve y media de la mañana, tengo a la vista la vanguardia del ejército invasor y tengo formado mi campo a suburbios de la ciudad”. Así, a las 10:45 de la misma mañana, el siguiente mensaje de Zaragoza había sido éste: “El enemigo está acampado a tres cuartos de la Garita de esta ciudad. El cuerpo de ejército listo para atacar y resistir”.

Así es, imaginémonos un poco que la batalla se está llevando en este sitio, y que ustedes, como han seguido la cobertura de la influenza, se enteran de los sucesos exactos vía Twitter de Zaragoza.

El protocolo no era complicado. El presidente de la República Mexicana, Benito Juárez, recibía primero el mensaje y acto seguido se daba a conocer a los ciudadanos. Así, a las 12:28 horas de ese día, Zaragoza anunciaba que las hostilidades habían comenzado. “Son las 12 del día y se ha roto el fuego de cañón por ambas partes”. Ahora bien, ¿se imaginan la angustia y el pavor de la gente mientras esperaban un telegrama y otro? Es como si mandaras un mensaje importante a alguien y no te contestara. Bueno..., casi parecido, pero es para que se lo imaginen.

Ahí, en la ciudad de México, sus habitantes temían lo peor. ¡Se enfrentaban frente al ejército más poderoso del mundo! ¡Al ejército de Napoleón III! De sólo pensar en ese nombre, fuera segundo o tercero, vaya que imponía. Y sí, nuestro ejército, el mexicano, parecía el perdedor. Así, en medio de ese nerviosismo, a las 14:30 horas, llegó otro mensaje desde Puebla. “Los zuavos se han dispersado y nuestra caballería trata de cortarlos en este momento”.

Hoy los relatos son diversos. Las leyendas corren, hablando sobre cómo un ejército (o lo que parecía un ejército) atacaba de manera heróica a un ejército infinitamente superior. Sobre cómo la bandera mexicana veía el día en el que se cubriría de gloria. Sin embargo, como mañana sucederá con todos aquellos que quieran conocer nuestra historia, contamos hoy con fuentes de primera mano en las que se nos muestra lo que iba sucediendo; en efecto, conocemos la historia justo cuando se iba escribiendo.

Ya era tarde, México no dormiría sin saber el dramático final de la batalla de Puebla. Así, un poco después de las 5 pm, se recibió una información que albergaba esperanzas. “Dos horas y media nos hemos batido. El enemigo ha arrojado multitud de granadas. Sus columnas sobre el cerro de Loreto y Guadalupe han sido rechazadas y seguramente atacó con cuatro mil hombres. En este momento se retiran las columnas y nuestras fuerzas avanzan sobre ellas. Comienza un fuerte aguacero”.

Llovía, pero llovía en Puebla como ya hace muchos años no vemos hacerlo en nuestra ciudad. La sangre de los franceses y mexicanos se unía en un solo sitio donde la historia se escribiría. Sí, años después Francia ganaría, pero ganaría para a la postre dejar lo que es de los mexicanos, a los mexicanos. Así fue, así fue la historia que se escribía literalmente en una ciudad como Puebla.

¿Y cómo acabó todo ese día? ¿Cómo fue que los mexicanos fueron a sus casas? ¿Con qué mensaje?

Bien, imaginemos que ese 5 de mayo de 1862 había Twitter. Así es, no piensen que estoy loco, imaginen que ese último mensaje fue transmitido al presidente Juárez de ese modo. ¿Qué sería lo que leería?

nachozaragoza Las armas nacionales se han cubierto de gloria.
5:49 PM May 5th from TwitterBerry

Bibliografía.-
Juan A. Mateos, El Sol de mayo, México, Porrúa, 1978.


Con imagen de
.-
Victor HH.


Enrique Figueroa Anaya
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2 comentarios:

Jorge Tirzo dijo...

Ya me imagino! Hubiera sido algo así! =P jajajaja
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conceptoradial.- Sigan la cobertura de la #batalladepuebla por @EsfInfo y @kiosko949

nachozaragoza.- Las armas nacionales se han cubierto de gloria

ztirzo.- RT @nachozaragoza: Las armas nacionales se han cubierto de gloria

EsfInfo.- El general @nachozaragoza informa que México ganó #batalladepuebla

Napoleonreloaded.- WTF!!!

Laura Yaniz dijo...

Hubiéramos hecho una recreación de la Batalla de puebla vía Twitter, ya que cancelaron los desfiles...

Vaya... así como el padre de Twitter fue el telégrafo. La taquigrafía la madre de los mensajes sms...