La Muerte ha sido 'juguetona' con ciertos personajes de nuestra historia mexicana. Maximiliano, Miramón y Mejía, así como Obregón, Santa Anna y Morelos, han tenido que vérselas ante la huesuda, que con ellos, se ha divertido...
El 16 de junio de 1867, Maximiliano, Mirámón y Mejía fueron sentenciados a la pena capital, por lo que fueron puestos en prisión dentro de capilla. Con el miedo que han de haber sentido en su momento, la Muerte les jugó una cruel broma al posponer su ejecución tres días después.
El general Manuel Muñoz, un gran militar y presidente de nuestro país de 1880 a 1884, fue herido 17 veces (sable, bala y metralla atravezaron su cuerpo), además de perder un brazo y ser herido del muñón en otra ocasión. La Muerte sin embargo le aguardó en una vieja hacienda de Chapingo, donde murió de causas naturales.
Otro momento inolvidable de la historia se marcó en 1912, cuando Pancho Villa, por órdenes de Huerta, sería colocado frente a un pelotón de fusilamiento. La Muerte a través de Francisco I. Madero, le perdonaría la vida. Con eso modificaría del mismo modo la historia de la Revolución.
Es de todos conocida la anécdota en la que Obregón por una granada caería al suelo sin un brazo. El dolor en ese momento fue tal que sacó su pistola e intentó suicidarse... La Muerte había esperado pacientemente, ya que el asistente de Obregón la había descargado un día antes. Tras esta escena, el teniente coronel Jesús M. Garza ayudaría a Obregón a levantarse e ir al médico. Por otras circunstancias Garza se suicidaría tiempo después.
Uno de los casos más curiosos de la historia es el vivido por Francisco I. Madero, al que muchos en su momento lo marcaron como chiflado. ¿El pecado? El espiritismo del que estaba totalmente convencido. De hecho, Madero fue un médium escribiente y lector asiduo de obras como 'El Evangelio según el espiritismo' o 'El libro de los espíritus'. Para algunos historiadores como Alejandro Rosas (a quien ya tuvimos en 'Kiosko'), la comunicación con los espíritus, fomentaría en Madero el que se acercara con las bondades de la democracia. Sin embargo, Madero no sería el único en abrazar este tipo de ideología, Elías Calles se convirtió en sus últimos días en un ferviente seguidor. La ironía en este caso fue que Plutarco Elías Calles había intentado extirpar de algún modo la fe católica de México. Con el tiempo llegó a creer en otra vida... ¿La Muerte lo habrá vuelto sensible?
¿Descansa en paz?
En México, un país falto de héroes y con hambre de hazañas, el culto a los muertos y su mitificación ha sido el pan de cada día. De hecho, la construcción de monumentos, enormes estatuas con depósitos para los restos y urnas especiales entre otros, ha significado un largo camino para muchos de los muertos de nuestra historia mexicana.
Por ejemplo, justo a inicios de nuestra independencia, el sentimiento antiespañol se volvería en cuestión de todos los días. Por eso mismo, hombres como Cortés se volverían los enemigos número uno de la Patria recién formada, aún cuando el conquistador había pasado algunos siglos de haber dejado este mundo. Es en ese momento que la persecución sobre sus restos fue el motivo por el que Lucas Alamán logró esconderlos y ponerlos a salvo del pueblo enardecido y sepultarlos en el templo del hospital de Jesús, que el el mismo Cortés fundó a su llegada.
Por otro lado, Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez, después de morir fusilados, fueron decapitados y sus cabezas expuestas públicamente por 10 años. Tras consumarse la Independencia, los restos de ellos junto con los de los principales insurgentes, fueron reunidos y su peregrinaje inaugurado. De hecho, en 1911 se realizó una investigación en la que se identificaron cráneos fémures y demás huesos que se encontraban en una urna. La idea era identificar a los héroes de la Independencia. Es así que en 1925 son trasladados al Ángel de la Independencia, con una sensible baja en sus filas. Los restos de José María Morelos y Pavón habían desaparecido para siempre.
Es así que con motivo de estas próximas fiestas del 'Día de Muertos' en nuestro país, siempre es interesante conocer detalles sobre los restos mortales de todos aquellos personajes que formaron nuestra historia.
Lo que nos queda claro es que la Muerte a nadie respeta, ni en su propia tumba...
Con información de 'Mitos de la historia mexicana: De Hidalgo a Zedillo', de Alejandro Rosas
Por
Enrique Figueroa Anaya
Productor Kiosko
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